La SegundaVenida de Cristo
La resurrección del Cristo que mora en tu interior
by Paramahansa Yogananda

A continuación se presentan algunos pasajes de la edición en español de La Segunda Venida de Crist: La resurrección del Cristo que mora en tu interior, Volumen I (Self-Realization Fellowship, copyright © 2011, Los Ángeles, Calif.), de Paramahansa Yogananda, sobre temas que examinan el significado más profundo de las enseñanzas de Jesucristo. Puede obtenerse más información acerca de esta y otras obras de Paramahansa Yogananda visitando www.yogananda-srf.org.

La Segunda Venida de Cristo

Al titular esta obra La Segunda Venida de Cristo, no me refiero en forma literal al retorno de Jesús a la tierra. Jesús vino hace dos mil años y, después de revelarnos un sendero universal hacia el reino de Dios, fue crucificado y resucitó. Su reaparición ante las masas en la actualidad no es necesaria para que se dé cumplimiento a sus enseñanzas. Lo que verdaderamente se requiere es que la sabiduría cósmica y la percepción divina presentes en Jesús hablen de nuevo a cada persona a través de su propio entendimiento y experiencia de la infinita Conciencia Crística encarnada en Jesús. Ésa será, realmente, su Segunda Venida.

El Espíritu Santo

Pocas personas en el mundo cristiano han comprendido la promesa que hizo Jesús de enviar al Espíritu Santo después de su partida. El Espíritu Santo es el sagrado poder vibratorio invisible de Dios que sostiene activamente el universo: la Palabra u Om, la Vibración Cósmica, el Gran Confortador, el Salvador que libera de todo sufrimiento. Dentro de la Vibración Cósmica del Espíritu Santo se encuentra el Cristo omnipresente, el Hijo o Conciencia de Dios inmanente en la creación…. Mediante la bendición que proviene de la comunión con el Espíritu Santo, se expande la copa de la conciencia humana a fin de recibir el océano de la Conciencia Crística…. Así pues, Cristo vendrá por segunda vez a la conciencia de cada devoto ferviente y experimentado que domine la técnica para establecer contacto con el Espíritu Santo, que otorga un indescriptible y bienaventurado consuelo en el Espíritu.

El bautismo

La palabra «iniciación» (en sánscrito, diksha), según se utiliza en la India, tiene el mismo significado que el término «bautismo» que se adopta en Occidente. La iniciación conferida por un gurú consiste en la consagración interior del discípulo al sendero espiritual, que le conduce de la región de la conciencia material hacia el reino del Espíritu. Como ya se ha señalado, la verdadera iniciación es el bautismo por el Espíritu: ponerse en contacto con una persona santa que, mediante una mirada o un simple toque, puede proyectar la vibrante luz del Espíritu sobre el devoto para transformar y elevar su conciencia. Este bautismo verdadero purifica la conciencia del iniciado por medio de la Luz Divina del ojo espiritual y el sagrado sonido de Om.

La reencarnación

El principio cósmico de la reencarnación (con el dinamismo que le impone la ley del karma: causa y efecto, siembra y cosecha) es una doctrina clásica a la que se adhieren los hindúes y los budistas, los antiguos sacerdotes druidas, los esenios, los gnósticos y muchos de los teólogos cristianos primitivos, así como también filósofos eminentes de Oriente y Occidente. Durante siglos, la influencia de la ortodoxia de la Iglesia ha hecho que la doctrina de la reencarnación haya estado separada de lo que comúnmente se comprende acerca de la vida y enseñanzas de Jesús. No obstante, en numerosos pasajes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento hay referencias evidentes a dicha doctrina, y éstas incluyen declaraciones inequívocas de Jesús mismo. Un ejemplo es el siguiente versículo del libro del Apocalipsis (3:12): «Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y ya no saldrá de allí». Aquí Jesús se refiere con claridad a la doctrina de la reencarnación al afirmar que cuando, mediante la disciplina espiritual, un alma supera los deseos mortales acumulados a través del contacto con la materia, dicha alma se convierte en columna inmortal en la mansión imperecedera de la Conciencia Cósmica y, habiendo satisfecho todos sus deseos en el Espíritu, no debe ya renacer en la tierra por causa del poder de los deseos insatisfechos.

Nacer de nuevo

Jesús dijo que es preciso reestablecer nuestra conexión con la Eternidad; hemos de nacer de nuevo. El hombre debe seguir la tortuosa senda de las reencarnaciones hasta agotar su karma, o…despertar la divina facultad de la intuición y reconocerse como alma, es decir, nacer de nuevo en el Espíritu. Por el último método mencionado, puede ver el reino de Dios y entrar en él en esta vida.

La meditación

Dijo Jesús: «Si tu ojo es único, todo tu cuerpo estará iluminado». Todo devoto que, mediante la práctica de la meditación yóguica, aprenda a concentrar la mirada interior en el entrecejo comprobará que la luz que viaja por los nervios ópticos hasta los ojos físicos, en vez de centrarse en ellos, se enfoca en el único y visible ojo espiritual. Los ojos físicos perciben sólo porciones limitadas del mundo de la relatividad; la visión del ojo espiritual es esférica y permite contemplar la omnipresencia.

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